Cuando los niños son pequeños, su percepción de la realidad es totalmente diferente a la de los adultos. Está libre de prejuicios, de estigmas, de etiquetas. Desgraciadamente eso ya tendrán tiempo de ir aprendiéndolo conforme crezcan. La sociedad ya se encargará de ello.
Pero mientras tanto, sus experiencias son una tábula rasa, se van conformando día a día y por ello, la inclusión desde los primeros momentos, es tan importante.
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