A Sonia la conozco desde hace casi 30 años, y hoy voy a hablaros un poquito de su familia y de cómo a veces la genética se empeña en ser muy antipática...Olivier, su marido, es jardinero. La agricultura, además, es una de sus pasiones. Y, como colofón, viven en una preciosa casa de campo. Es un trabajo duro, que da grandes recompensas a los que aman esta vida, pero que le supone grandes sacrificios, no solo por las jornadas y la dureza del mismo sino porque Olivier y su hija Alice padecen Urticaria crónica y las plantas y determinados alimentos son el desencadenante.
Y es que, una Urticaria producida por el contacto con vegetales e ingesta de determinadas frutas y alimentos ya es complicada per se, pero además en su caso la enfermedad afecta no solo a su día a día, sino a su medio de vida. Porque lo realmente complicado es lograr aislarse al cien por cien. No hay medidas de protección suficientes para controlar y supervisar todo lo que se toca o ingiere...¿Acaso se puede vivir permanentemente en una burbuja aislado de todo y de todos?